Sábado 28 de enero de 2017
Hora 6 pm
Lugar :Sector el Hatico,parte alta.
Es más fácil empezar a construir allí donde no
tendrás que destruir primero viejas ruinas. Es mejor
introducir el gran conocimiento allí donde no tropezarás
con personas malas y necias.
Y entonces un gran árbol crece de un arbolito;
una torre de nueve pisos empieza a construirse con
un puñado de tierra; un camino de mil pasos comienza
con un paso.
Tomado del -Tao Te
Ching
BUSCA DE NIÑO-SECTOR EL HATICO /2017
Para preservar nuestras tradiciones .
Fotos Pedro Dàvila.
En Comunidad , a buscar al Niño Jesús.
“En la región de los
Andes Venezolanos la presencia del pesebre se extiende hasta el 2 de febrero,
día de la Candelaria, cuando se realiza el Robo y Búsqueda del Niño; con esta
tradición se trata de recordar un mensaje bíblico acerca de la infancia de
Jesús y que se refiere al lapso en que el Niño Jesús se les pierde a sus padres
y luego lo encuentran en el templo.
De una de las casas,
cuyos habitantes participan en esta peculiar tradición se roban la imagen del
niño, la cual permanece escondida por 3 días, luego con una gran ceremonia se
negocia su devolución a través de un cortejo integrado por niños vestidos como
la Virgen, San José, los Reyes Magos, pastores y ángeles a quienes se suman las
autoridades locales. Todo este evento lo acompañan aguinaldos, romances,
décimas y coplas.
En algunas poblaciones
también se celebra otra original tradición denominada “La Paradura del Niño” y
esta fiesta consiste en pasear la imagen del Niño Jesús envuelto en un pañuelo
de seda, con cantos y procesiones.
El día de la
celebración, músicos, cantantes, rezanderos y padrinos entonan
coplas pidiendo al
Niño Dios que bendiga las casas y los campos. Cuando termina el paseo, el Niño
es regresado y vuelto a colocar en el nacimiento de pie”.
En la comunidad del Hatico parte alta, sus habitantes
quisieron realizar una búsqueda de niño para así establecer ese hilo conductor
entre lo que hacían los abuelos y abuelas y lo que deben preservar las nuevas
generaciones que, ora por desconocimiento, ora por desinterés ,ora por la
inmediatez con que estamos viviendo estos tiempos modernos, nos hemos apartado
esas costumbres y tradiciones que mantienen a los pueblos vivos, llenos de
patrimonio e identidad, llenos de Anima Mundi.
Quisiera nombrar a
los organizadores, pero no tengo todos los nombres a la mano y no deseo se
quede uno sin ser nombrado, pero allí estuvieron todos acompañando esa romería,
esa hilera de faroles iluminando los caminos en busca del niño perdido. Tocando
puertas, , el grupo de personas, los músicos y tocando sus instrumentos y los cantores acompañando con sus versos,
dirigieron sus pasos hasta el sitio, donde tenían al niño robado.
Entre cantos de uno y de otro lado, lleno de versos
aparecieron las culpables y el niño volvió a sus padres.
Tradiciones como estas son la esencia de aquello que nos
permite unirnos para compartir y mantener nuestra memoria, y nuestra identidad.
Texto y fotos: Pedro Ángel Dávila David.
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